Lecciones de compromiso by Lucy Monroe

autor:Lucy Monroe
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Romántico, Novela
publicado: 2007-12-31T23:00:00+00:00

Win terminó de limpiar el suelo y se aseguró de que no quedara ningún rastro de cereales. Sabía que Carlene no querría que su cocina oliera a leche agria. Le gustaba que fuera posesiva cuando hablaba de la cocina.

Otras amas de llaves habían dicho cosas parecidas, pero no lo habían afectado de la misma manera. En boca de Carlene sonaban a promesa de permanencia y le hacían creer que cabía la posibilidad de que cambiara de planes y decidiera quedarse definitivamente.

Escurrió la fregona y la guardó en el armario de la limpieza. Aunque sabía que tenía que ir al establo, subió las escaleras y avanzó por el pasillo hacia la habitación de Carlene. Se tomó un momento para echarles un vistazo a sus sobrinos. No le sorprendió que estuvieran profundamente dormidos; derrochaban energía suficiente para abastecer a un pueblo entero.

No sabía cómo se las arreglaba Carlene para lidiar con ellos. Incluso con la ayuda de Shorty, debía de estar al límite. Cuando le había preguntado por qué no había llamado a una agencia para que le enviaran a un ayudante, se había encogido de hombros y le había dicho que no creía que los niños necesitaran a otro desconocido en su vida.

Era una persona increíble.

Abrió la puerta del dormitorio y posó la mirada en la mujer que dormía en la cama. Se había desvestido, y los hombros desnudos le asomaban por encima de la manta con la que se había tapado. Win se moría por acariciar aquella piel suave como la seda. Se preguntaba cuánto tiempo más lo haría esperar y cuándo reconocería que se lo podían pasar muy bien juntos.

«Muy bien» era decir poco. Serían unos amantes espectaculares.

Ella suspiró y giró la cabeza en la almohada, posibilitándole una visión perfecta de sus delicadas facciones. Win se sintió culpable al verle las ojeras. Tendría que haber notado lo cansada que estaba, pero había estado demasiado ocupado tratando de evitarla. Se había pasado los tres últimos días manteniendo las distancias.

En aquel momento se dio cuenta de que la estrategia no le había servido de nada. Carlene seguía obsesionada con su deseo de permanecer soltero y no parecía entender que él quería bastante más que una aventura de una noche. La idea le provocaba risa. Una noche con ella sólo lo dejaría deseando más. Como le había dicho, entre un escarceo y el matrimonio había toda una gama de posibilidades.

Pero ella no lo creía. Incluso lo había comparado con el idiota de Lonny, y no era una comparación halagüeña. Lonny se habría acostado con la primera mujer disponible que encontrara. Win tendría que haberse dado cuenta del problema potencial cuando había contratado a Carlene. No lo había hecho, y se sentía responsable de que se hubiera visto obligada a defenderse de un tipo como Lonny.

Cuando contratara a otro peón sería mucho más precavido. Prefería pasarse la temporada con un mozo menos en la cuadra antes que contratar a otro idiota con delirios de seductor.

Protegería a Carlene, aunque ella no lo creyera necesario.

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